domingo, 1 de junio de 2014

LA GEOSFERA

Constituye la parte sólida del planeta propiamente dicho, incluyendo los continentes y la plataforma submarina.
Con el paso del tiempo, los científicos han venido perfeccionando sus instrumentos y métodos para el estudio de la Tierra; de esta manera se han obtenido numerosos datos a partir de los cuales  se formulan teorías cada vez más acordes con la realidad, relacionadas con su estructura interna. Hoy se acepta que la geosfera consta de una serie de capas concéntricas conocidas como la corteza, el manto y el núcleo.
Los científicos a través de la historia han desarrollo varios métodos, unos directos otros indirectos, para estudiar la tierra.
La observación directa es uno de los métodos directos empleados por los especialistas en ciencias de la tierra para su estudio; sin embargo, la aplicación de este método se limita a la superficie, las excavaciones de las minas y algunas perforaciones, ninguna  de las cuales alcanza más de 8 km de profundidad.
El estudio de materiales, particularmente rocas, que afloran a la superficie terrestre debido a ciertos procesos geológicos, también permite establecer las características de la Tierra a 20 ó 25 km de profundidad.
Otra fuente de información acerca del interior de la Tierra son los materiales arrojados por los volcanes; estas sustancias provienen en algunos casos del manto superior. Fuera de estos escasos datos no se tienen evidencias directas sobre la composición interna de la Tierra. Los anteriores se conocen como métodos directos.
Indirectamente también es posible estudiar el interior del planeta; así, por ejemplo, la composición química de algunas rocas provenientes de profundidades relativamente grandes se compara con la de ciertos meteoritos. Estos análisis, además de arrojar información acerca de la estructura de la Tierra, sirven para establecer algunas similitudes sobre el origen del planeta. En este aspecto, la composición química de rocas terrestres y meteoritos indicaría un origen común del planeta y los meteoritos.
De los métodos indirectos el que más aportes ha dado para el conocimiento que hoy se tiene acerca del interior de la Tierra es, quizá, el estudio de las ondas sísmicas u ondas producidas por los terremotos.

Un terremoto es la vibración que se produce por la ruptura de grandes masas de rocas bajo la superficie terrestre o por su desplazamiento a lo largo de una ruptura. La energía producida como resultado de estos fenómenos se desplaza en todas las direcciones en forma de ondas.

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